Pobres
homens...
por Clarisse Castilhos
primeiro em língua brasileira
Como nós feministas somos
injustas com os homens pois, conforme a
literatura de gênero, eles, nossos irmãos de espécie, também sofrem com o
patriarcado.
Então, vamos pensar juntas e ver
se a gente consegue resgatar o sofrimento masculino e ser justas com os feministos,
a partir de alguns exemplos históricos.
Desde que começou essa história
de feminismo, as mulheres resolveram sentir prazer, ter orgasmo. Aí já vem uma
responsabilidade daquelas, não basta fazer aquela coisinha boa de entrar e sair
e se livrar de todo esse peso que eles carregam. Ainda tem que contribuir para
o nosso prazer!! Como é que eles não vão brochar, me pergunto eu? Aliás, antes era mais fácil, só uma questão de
ereção. Aí nós mulheres inventamos essa história de que o prazer está por tudo,
no pé, atrás da orelha, no lado direito do joelho esquerdo, e haja forma
física!! O pênis é apenas um detalhe, nós mulheres viemos com essa história de
sensibilidade e criatividade na cama! Até com outras mulheres inventaram de trepar!
E com as companheiras ativistas!
Ainda pior! Nós decidimos entrar na área deles, não só participar e sacudir a
cabeça, nos movimentos de sim e não, mas
também expressar nossa opinião, organizar passeatas e ocupações, participar de
decisões econômicas, reunir apenas com as mulheres companheiras nas vilas e
assentamentos rurais. E isso foi muito difícil. Depois dessas aventuras todas a gente volta
pra casa cheias de poder e aí não queremos mais trepar, cuidar das crianças e
arrumar a casa, lavar suas cuecas! Acho que estamos sendo muito rígidas...
E se a gente pensar no passado?
Quantos pobres homens queimaram suas mãozinhas de honestos trabalhadores
acendendo as fogueiras das bruxas malvadas. Quantos nas Cruzadas, no Vietnam,
no Iraque, no Afeganistão, em Saravejo, na segunda guerra, foram obrigados a
estuprar as mulheres e as crianças, para mostrar quem é o dono do pedaço.
Quantos além de estuprar tiveram que torturar e matar essas mulheres? E depois,
o estado, a igreja, e todas as instituições, nem psiquiatra querem pagar.
E nas Américas? Antes da invasão
espanhola e portuguesa, em muitas culturas, não havia essa hierarquia entre
homens e mulheres. Mas os pobres homens tiveram que abrir mão dessa igualdade
para não perder algum privilégio face aos invasores. E nós ficamos achando que
foi traição! Não eles queriam nos proteger e nós nunca entendemos.
(“Habria que concluir que en los procesos de colonización,
las mujeres de estas partes del mundo colonizado no sólo fueron racializadas
sino que al mismo tiempo fueron reinventadas como “mujeres” de acuerdo a
códigos y principios discriminatórios de género occidentales. La colonización
creó las circunstancias históricas para que las mujeres africanas e indígenas
de Norte America perdieron las relaciones relativamente igualitarias que tenían
con los hombres de sus sociedades y cayeran no sólo bajo el dominio de los hombres colonizadores sino también bajo el
de los hombres colonizados. La
subordinación de género fue el precio que los hombres colonizados tranzaron
para conservar cierto control sobre sus sociedades. Es esta transacción de
los hombres colonizados con los hombres colonizadores lo que explica, según
Lugones, la indiferencia hacia el sufrimiento de la mujeres del tercer mundo que los hombres, incluso los
hombres de izquierda del tercer mundo, manifiestan con su silencio alrededor de
la violencia contra las mujeres en la actualidade.”(Breny Mendoza, La
epistemología de sur, la colonialidade del genero y el feminismo
latinoamericano, in “Aproximaciones críticas a las practicas teórico-politcas…)“
Também os homens negros durante a luta sufragista,
nos EUA, as mulheres e os negros teimaram que queriam votar... Ai os negros proprietários de
terra, fizeram um acordinho com os brancos e ganharam o direito de voto e nós
não... Mas está certo, nós não sabemos votar e íamos acabar prejudicando a
formação da democracia estadunidense. Menos mal que eles estavam lá mais uma
vez para nos proteger.
E agora!!!
Desde os anos 70 que nós mulheres
decidimos que precisamos de um espaço próprio, que queremos avançar na luta,
que queremos aprender nessa luta. Não apenas fazer comida e ser enfermeiras,
como queriam os homens na guerra civil espanhola, por ex.. Queremos aprender a organizar ocupações, a usar armas,
a estudar e saber que não queremos ser orientadas por teorias machistas. E aí,
mais umas vez, os homens querem interferir nesses espaços e nós continuamos,
com teimosia, a querer puni-los!
Nós não podemos contribuir para aumentar
o seu sofrimento atroz esquecendo sua incapacidade de organizar seus próprios
encontros...
Ahora em lengua
argentina
Pobres hombres...
por Clarisse
Castilhos
Como nosotras feministas somos injustas con los hombres, conforme la literatura de género, ellos, nuestros
hermanos de especie, también sufren con el patriarcado.
Entonces, vamos a pensar juntas y ver si
conseguimos rescatar el sufrimiento masculino y ser justas con los feministos,
a partir de algunos ejemplos históricos.
Desde que comenzó esta historia de feminismo, las
mujeres resolvieron sentir placer, tener orgasmo. Ahí llega una responsabilidad
de aquellas, no alcanza con hacer esa cosita buena de entrar y salir y librarse
de todo el peso que ellos cargan. Todavía tienen que contribuir con nuestro placer!!
¿Como es que no van a ser impotentes? Antes era más fácil, solo una cuestión de erección.
Entonces, nosotras inventamos esa historia de que el placer está en todas
partes, en el pie, atrás de la oreja, del lado derecho de la rodilla izquierda,
y haya forma física!! ¡El pene es apenas un detalle, nosotras vinimos con esa
historia de sensibilidad y creatividad en la cama! ¡Hasta con otras mujeres
inventaron de coger!
¡Y con las compañeras activistas! ¡Peor
todavía! Nosotras decidimos entrar en su área, no solamente participar y
sacudir la cabeza, en los movimientos de si y no, mas también expresar nuestras opiniones,
organizar paseatas y okupaciones, participar de decisiones económicas, reunirnos
entre mujeres compañeras en villas y asentamientos rurales. Y eso fue muy
difícil. Después de todas estas
aventuras volvemos a casa plenas de
poder y ahí no queremos más coger, cuidar de lxs niñxs, arreglar la casa, lavar
sus calzones! Me parece que estamos siendo muy rígidas...
¿Y si pensáramos en el pasado? Cuántos pobres hombres
se quemaron con sus manitos de honestos trabajadores encendiendo las hogueras de
las brujas malvadas. Cuántos en las Cruzadas, en Vietnam, en Irak, en Afeganistán,
en Saravejo, en la segunda guerra, fueron obligados a violar mujeres y niñxs
para mostrar quién es el dueño aquí. ¿Cuántos además de violar tuvieron que
torturar y matar estas mujeres? Y después, el estado, la iglesia, y todas las
instituciones, ni psiquiatra quieren pagar.
¿Y en las Américas? Antes de la invasión española
y portuguesa, en muchas culturas, no había esta jerarquía entre hombres y mujeres.
Pero ellos, pobres hombres, tuvieron deshacerse de esa igualdad para no perder
algún privilegio cara a los invasores. ¡Y nosotras nos creemos que eso fue una traición!
No ellos querían protegernos y nosotras nunca entendimos.
(“Habria que concluir que en los procesos de colonización,
las mujeres de estas partes del mundo colonizado no sólo fueron racializadas
sino que al mismo tiempo fueron reinventadas como “mujeres” de acuerdo a
códigos y principios discriminatorios de género occidentales. La colonización
creó las circunstancias históricas para que las mujeres africanas e indígenas
de Norte América perdieron las relaciones relativamente igualitarias que tenían
con los hombres de sus sociedades y cayeran no sólo bajo el dominio de los hombres colonizadores sino también bajo el
de los hombres colonizados. La
subordinación de género fue el precio que los hombres colonizados tranzaron
para conservar cierto control sobre sus sociedades. Es esta transacción de
los hombres colonizados con los hombres colonizadores lo que explica, según
Lugones, la indiferencia hacia el sufrimiento de la mujeres del tercer mundo que los hombres, incluso los
hombres de izquierda del tercer mundo, manifiestan con su silencio alrededor de
la violencia contra las mujeres en la actualidad.”(Breny Mendoza, La
epistemología de sur, la colonialidad del genero y el feminismo
latinoamericano, in “Aproximaciones críticas a las practicas teórico-politcas…)“
También los hombres negros durante la lucha sufragista,
en los EUA, las mujeres y los negros insistieron con que querían votar... Ahi los
negros propietarios de tierra, hicieron un acuerdito con los blancos y ganaron el
derecho de voto y nosotras no... Pero está bien, si nosotras no sabemos votar e
íramos acabar perjudicando la formación de la democracia estadunidense. Menos
mal que ellos estaban allá, una vez más, para protegernos.
Y ahora!!!
Desde los años 70 que nosotras mujeres
decidimos que precisamos de un espacio proprio, que queremos avanzar y aprender en esta lucha. No solo hacer comida y
ser enfermeras, como querían los hombres en la guerra civil española, por ej.
Queremos aprender a organizar okupaciones,
a usar armas, a estudiar y saber que no queremos ser orientadas por teorías
machistas. Y ahí, una vez más, los hombres quieren interferir en estos espacios
y nosotras continuamos, con insistencia, a querer punir los!
Mujeres! : Nosotras no podemos contribuir para
aumentar este sufrimiento atroz, olvidando
la incapacidad de ellos para organizar sus propios encuentros...
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